La nueva ley de vivienda un año después. DESASTRE TOTAL PARA EL ALQUILER TRADICIONAL

# La Ley de Vivienda: Un Año de Fracaso

Hoy se cumple un año desde la aprobación de la Ley 12/2023, de 24 de mayo, por el derecho a la vivienda. Esta normativa prometía traer importantes cambios en el mercado residencial, especialmente en el ámbito de los arrendamientos. Sin embargo, la realidad ha demostrado que solo ha contribuido a la desaparición de la oferta de alquiler y a un aumento de los precios, generando desconfianza entre miles de propietarios. Este artículo no solo destaca los errores y consecuencias negativas de esta ley, sino que también critica la ineficacia del gobierno en la gestión de un problema tan crucial para los ciudadanos.

### Un Año de Promesas Vacías y Resultados Desastrosos

La Ley por el Derecho a la Vivienda se aprobó con la promesa de estabilizar los precios y aumentar la oferta de alquileres. Sin embargo, la implementación de esta ley ha resultado ser un desastre. Según expertos consultados, la oferta de alquileres se ha volatilizado y los precios han alcanzado niveles máximos. Lejos de normalizar la situación, la ley ha exacerbado los problemas existentes, dejando a miles de personas en una situación aún más desesperada en su búsqueda de vivienda.

### Un Esperpento Legal

“La principal consecuencia de la Ley de la Vivienda ha sido la enorme cantidad de tiempo y recursos gastados por el sector inmobiliario en denunciar sus efectos perniciosos y en intentar convencer al gobierno de la necesidad de modificarla o incluso derogarla,” destaca Mikel Echavarren, presidente y CEO de Colliers España & Portugal. Según Echavarren, la ley ha sido más un intento de captar votos mediante medidas simplistas que una solución efectiva a un problema complejo.

El Banco de España y numerosos profesionales del sector ya advirtieron sobre los efectos negativos de esta ley, que han incluido un aumento de la inseguridad y de los riesgos para los propietarios. La normativa ha señalado injustamente a los propietarios como culpables de un problema que no han creado, mientras que la verdadera raíz del problema —la falta de oferta— sigue sin ser abordada.

### Cataluña: Un Laboratorio de Fracaso

Cataluña ha sido la única región que ha implementado de manera significativa las medidas propuestas por la ley, como la declaración de áreas tensionadas. No obstante, esta implementación ha resultado en un mercado de alquiler desbocado, con una oferta decreciente y precios en alza. Carles Sala, portavoz de los API de Catalunya, subraya que la accesibilidad a la vivienda no ha mejorado en absoluto. De hecho, la situación se ha deteriorado significativamente.

La oferta de alquiler habitual ha disminuido un 15% en el último año, mientras que los alquileres temporales han aumentado un 56%. Este cambio en el mercado no solo refleja la desconfianza de los propietarios en la nueva regulación, sino que también ha hecho que las viviendas disponibles sean aún más caras. En ciudades como Barcelona, la oferta de alquileres de temporada ya representa el 30% del mercado, una cifra alarmante que muestra la magnitud del problema.

### Consecuencias Económicas y Sociales

José Ramón Zurdo, director general de la Agencia Negociadora del Alquiler (ANA), señala que la reducción en la oferta de alquiler ha llevado a un aumento significativo de las rentas. Este incremento no solo refleja las limitaciones impuestas por la ley, sino también los mayores riesgos que deben asumir los arrendadores. La inseguridad jurídica y la extensión de medidas populistas, como la prohibición de desahucios, han profundizado la sensación de hostilidad hacia la inversión privada en el mercado de alquiler.

El Observatorio del Alquiler de Alquiler Seguro prevé una pérdida de 60.000 viviendas en el mercado de arrendamiento este año, con Cataluña siendo la región más afectada. Este desajuste entre oferta y demanda ha llevado a un incremento del precio medio de alquiler en España, que ya ha alcanzado niveles históricos.

### La Hipocresía del Gobierno

A pesar de los resultados desastrosos, el Gobierno sigue estudiando fórmulas para regular los alquileres de temporada y otros tipos de arrendamientos que se han quedado fuera de la regulación de la Ley de Vivienda. Esta falta de visión y la continua implementación de medidas contraproducentes solo agravan el problema.

Francisco Iñareta, portavoz de idealista, destaca que legislar de espaldas a los propietarios solo destruye el mercado. La ley ha trasladado la oferta del alquiler permanente al alquiler de temporada, dificultando aún más el acceso a la vivienda para las personas más desfavorecidas. La raíz del problema no son los precios, sino el enorme déficit de oferta, que genera tensiones y ansiedad en las familias.

### Un Futuro Incierto

La resolución reciente del Tribunal Constitucional, que avala gran parte de la Ley de Vivienda, no hace más que aumentar la preocupación en el sector. La inseguridad jurídica creada por la normativa ha llevado a una retracción de la oferta de alquileres a nivel nacional. Jesús Manuel Martínez Caja, secretario general de la patronal inmobiliaria madrileña AMADEI, advierte sobre la continua transformación del mercado hacia nuevas fórmulas de alquiler, como los alquileres de temporada y turísticos.

El Gobierno parece decidido a ampliar la proliferación de zonas tensionadas, lo que solo aumentará la incertidumbre y la inseguridad en el mercado. Las medidas adoptadas hasta ahora no han logrado mejorar la accesibilidad a la vivienda, sino todo lo contrario. El porcentaje de ingresos de los hogares necesario para acceder a una vivienda ha crecido significativamente, y en ciudades como Barcelona y Madrid, la situación se acerca a un colapso del mercado de alquiler.

### Conclusión

La Ley de Vivienda ha sido un rotundo fracaso. En lugar de solucionar los problemas del mercado de alquiler, ha contribuido a empeorarlos. Es imperativo que el Gobierno reevalúe su enfoque y adopte medidas que realmente aborden la falta de oferta y mejoren la accesibilidad a la vivienda para todos los ciudadanos. La política de espaldas a los propietarios y la implementación de medidas populistas no son la solución. El mercado necesita estabilidad, seguridad jurídica y un enfoque equilibrado que permita a propietarios e inquilinos convivir en un entorno justo y sostenible.